El 70 % de los niños y adolescentes escolarizados participan en al menos una actividad extracurricular después del horario de clases. Esto es algo sumamente importante para ellos, en primer lugar porque es una forma de desconectar de su rutina habitual en cuanto al estudio, y en segundo lugar porque eligen hacer lo que les gusta y en lo que se quieren destacar. Además, tienen otros puntos a favor tales como potenciar el desarrollo físico, intelectual y social.
Dentro de las actividades que pueden realizar, tanto deportivas, culturales, académicas o de entretenimiento, los niños pueden conocer distintos ambientes y sacar provecho para su desarrollo integral. Esto se debe a que aprenden a organizarse mejor y los ayuda fuertemente en el proceso de socialización, fundamentalmente a relacionarse con otras personas ajenas a su escuela que tienen las mismas inquietudes que ellos.
Un ejemplo son las actividades físicas, las cuales suelen mejorar la coordinación motriz y generar más agilidad, fuerza o elasticidad. Asimismo, lo artístico también despierta en los niños nuevas formas de expresión y comunicación, lo cual es de gran ayuda para su día a día.
Este tipo de recreaciones estimulan la competencia y ayudan a que los jóvenes trabajen con respeto y tolerancia hacia los demás, conociendo cómo es hacer algo en equipo. Aparte, a través de estas pueden liberar sanamente la energía, divertirse y relajarse después de horas de estudio y responsabilidades.