Muchas veces nos encontramos en situaciones que hacen que la cabeza no se concentre en lo que debería. A veces hacemos gimnasia sin tener la energía puesta ahí, leemos sin enfocarnos ni razonar lo que dice el libro, cosa que tenes que volver a leer varias veces la misma frase para poder captarla. También pasa que estamos reunidos con algún amigo y mientras él te cuenta algo, vos pensas en otra cosa, sin saber de qué habla la persona que tenes enfrente. Es muy común cuando estamos en clase, tener al profesor hablando acerca de algún tema, y no poder concentrarse por el hecho de estar pensando en otro asunto.
Existe algo a lo que se denomina Atención Consciente, en inglés llamada “mindfulness”, que trata acerca de una práctica en la que tomamos conciencia de las distintas facetas de nuestra experiencia en el momento presente, tanto física como emocionalmente, y como respondemos o reaccionamos ante cada momento de la vida. Esto quiere decir que a través de la atención consciente, uno puede vivir determinado momento con la energía puesta cien por ciento en ello, viviéndolo, sintiéndolo, siendo consciente de lo que hace y de por qué lo hace.
Este concepto no solo se vincula con acciones y movimientos, sino también con pensamientos, emociones, sensaciones corporales, entre otros aspectos. Es decir, la atención consciente también se relaciona con el hecho de prestar atención a lo que uno siente o piensa, y entender el motivo de sus sentimientos, que no son por cualquier razón, sino que hay algo que conlleva a que uno tenga determinada sensación o sentimiento.
Por último, queremos contarles que no hay nadie que no pueda practicar esta disciplina, es algo que pueden realizar todos y en cualquier momento o lugar, siendo esto algo muy simple siempre y cuando se realice con compromiso y desde un lugar significativo.