Cuando pensamos en el colegio, podemos imaginarnos personas descansando o tomando aire de las responsabilidades que tiene. El recreo del colegio, ese intervalo entre clase y clase, es un tiempo en el que los chicos pueden distraerse y divertirse para luego volver al aula con más energía. Lo que debemos saber es que ellos no solo aprenden cuando tienen al profesor en frente dictando clases sino que en el recreo también se educan, es un momento de aprendizaje que aporta numerosos beneficios, pero desde otros aspectos.
Además, el recreo también es práctico para el docente ya que pueden ver a sus alumnos en otro contexto y pueden descubrir distintas facetas en ellos. Si los profesores se detienen un segundo a observarlos, podrán descubrir cómo son relacionándose con sus compañeros, en qué actividades se destacan, cuán competitivos son, quiénes son los líderes del grupo o aquellos que suelen generar conflictos entre sus amigos.
El recreo en el colegio es aquel lugar donde aparecen los valores, prioridades, la solidaridad y demás normas sociales. A su vez es un espacio donde los alumnos pueden participar en las actividades físicas que más les guste hacer, ejercitando el cuerpo y disfrutando el aire libre después de estar un largo tiempo, dentro del aula. Si bien están supervisados por un directivo o profesor, es un rato en el que pueden hablar y reírse de lo que quieran con sus compañeros ya que nadie los está escuchando directamente, lo que contribuye a su socialización. A pesar de que haya juegos tradicionales para niños y niñas como la rayuela, la soga, elástico, fútbol, entre otros, también es un espacio de plena creatividad donde muchos inventan sus propios juegos con sus reglas, esto significa que ellos pueden empezar a negociar, ceder, trabajar en equipo y aprender valores como el respeto, la justicia o el compañerismo.